miércoles, 3 de junio de 2020

IMPOSIBILIDAD DE LA EXISTENCIA DEL ESLABÓN PERDIDO EN LA EVOLUCIÓN HUMANA

La concepción metafísica y mecanicista preveía la existencia de un eslabón perdido entre el ser humano y los homínidos, debido a que ésta describe los cambios como mecánicos y continuos, es decir, sin saltos.
La ley dialéctica de la transformación de cantidad en calidad niega la existencia de dicho eslabón intermedio.
Desde que Darwin publicó su teoría sobre la evolución de las especies, y tras ella, la de la evolución humana, emparentándonos con los homínidos, muchas ideas se han derivado al respecto.
Una de las primeras fue la evolución en línea. Según ésta, debe existir un eslabón perdido entre ambos, una especie de hombre-mono intermedio que los conecte, igual que una línea une dos puntos. A pesar de haberse anunciado su descubrimiento en múltiples ocasiones, siempre ha sido refutado por la comunidad científica. 
Además, esta teoría ha sido criticada por autores como Stanley, que afirma que el ser humano no desciende de antepasados cuadrúpedos, sino parcialmente bípedos y que en la evolución ha predominado la ramificación sobre la sucesión, sucediéndose etapas de inmovilidad evolutiva seguidas de rápidos cambios.


Imagen 1: Evolución en línea-eslabón perdido

El estado actual de la historia de la evolución humana afirma, en base a una colección de evidencias científicas y de teorías que de ellas se derivan, que para poder representar la historia de la evolución humana se debe recurrir a un árbol genealógico con múltiples ramificaciones. Tal representación será mejorada conforme avance la investigación y se propongan nuevas teorías, las cuales serán corregidas y ampliadas a su vez por las ideas que surgirán de descubrimientos posteriores, completándose así el árbol.

Imagen 2: Representación de la evolución humana en forma de árbol

En esta representación también puede caber esperar una serie de eslabones perdidos que conecten entre sí los diferentes tipos de antepasados del hombre. Sin embargo, esta concepción puede refutarse.
Antes de nada, cabe destacar que algunos de estos homínidos convivieron entre sí, siendo unos la evolución de los otros los cuales surgieron de pequeñas poblaciones aisladas del resto que se desarrollaron por cuenta propia.
Por otro lado, teóricamente todos ellos surgieron de un antepasado común y fueron evolucionando en virtud de la deriva genética (proceso azaroso), la selección natural (relacionada con los factores externos: adaptación al medio) y la cultura (que sirvió para diferenciar especies). De todos estos factores, el que cada vez fue cobrando mayor protagonismo fue la cultura ya que fue el que ha determinado su diversidad.
En la evolución son fundamentales los grandes saltos evolutivos, consecuencia de pequeños cambios acumulados imperceptibles incluso en una escala temporal pequeña, en coherencia con la ley de transformación de cantidad en calidad. Solo esto es capaz de explicar las diferencias físicas e intelectuales entre un tipo de ser humano y sus antepasados.
Por la misma, cabe esperar que dentro de millones de años el Homo Sapiens Sapiens deje de existir para convertirse en un nuevo tipo de ser humano, una nueva especie aún más evolucionada. Ya que, como casi todo, el ser humano no es más que un proceso siempre inacabado.

Bibliografía recomendada
El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre (Engels)
El origen del hombre (Darwin)
El sello indeleble (Arsuaga)

Referencias de las imágenes
Imagen 1: 
Imagen 2:

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